“Finalizando el año quise averiguar cómo estaba mi situación en materia de infracciones de tránsito, así que consulté la página web del Gobierno provincial. Y me sorprendió al descubrir que figuraban varias infracciones, de las que no tenía ni idea. Y los montos de la multas son realmente significativas, sumados a la indexación por el paso del tiempo sin abonarlas”, comenzó el periodista su columna semanal en el programa "Ir a Más" en Radio FAN (103.9 fm).


 “Fue así que me interesé en el tema, y me enteré que la provincia de Buenos Aires tiene alrededor de 30 millones de infecciones de tránsito a cobrar, según información extra oficial. ¿Cómo es posible esto?”.

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“Una de las formas habituales en que se imponen multas de tránsito, es la siguiente: Cuando un automovilista circula por una ruta en una caravana de vehículos, como si fuera una fila de hormigas que va avanzando a una determinada velocidad, no tiene la posibilidad de cambiar rápidamente esa aceleración. Por ejemplo, los autos circulan a 120 kilómetros por hora, y de repente aparece un cartel indicador de que la velocidad máxima permitida es 80 kilómetros por hora, el automovilista no tiene cómo bajar la velocidad de forma individual. De esta forma, pasan debajo del escáner toda esa fila de vehículos, los que resultan todos infraccionados por superar la velocidad máxima permitida”.



“Esas infracciones son coparticipadas entre el gobierno provincial y el municipal, de manera que las infracciones de tránsito les resulta –sobre todo a los municipios- un instrumento de recaudación muy importante. Este mecanismo recaudador explicaría en parte el enorme caudal de infracciones pendientes de pago que tiene la Provincia”, señaló Caballero.