Una acalorada discusión en la esquina de Brown y Humberto Primo, en el centro de Quilmes, puso en evidencia las tensiones existentes entre vecinos, comerciantes y cuidacoches informales. El enfrentamiento incluyó insultos, amenazas y acusaciones cruzadas que despertaron preocupación en la comunidad.
El conflicto comenzó cuando un comerciante tuvo un altercado con uno de los “trapitos” que suelen trabajar en la zona. Según los presentes,
el intercambio verbal escaló rápidamente, y el cuidacoche respondió con amenazas e insultos. Posteriormente, se sumó al enfrentamiento una mujer que afirmó ser la hermana del cuidacoche.
La mujer acusó al comerciante de haber golpeado a su hermano, quien, según declaró, tiene un retraso madurativo, además de señalar que habría sido víctima de discriminación.
La disputa atrajo la atención de otros vecinos y comerciantes que intentaron intervenir.
Mientras algunos respaldaban al comerciante, otros buscaban calmar los ánimos. Los cuidacoches que trabajan en esta área han sido objeto de denuncias previas por presuntas conductas intimidatorias, lo que suma un trasfondo de tensión al incidente.
La situación reavivó el debate sobre el rol de los cuidacoches en la zona.
Mientras algunos exigen una mayor presencia policial y regulaciones estrictas para evitar este tipo de conflictos, otros abogan por un enfoque más humano y comprensivo, dado el contexto de vulnerabilidad social en el que viven muchas de estas personas. La problemática sigue dividiendo opiniones entre quienes buscan soluciones inmediatas y quienes llaman a una reflexión más amplia sobre las causas subyacentes.