El fiscal Ichazo desbarató falsa agencia de modelos que operaba un preso desde la cárcel de Olmos

El titular de la Fiscalía 8 de Berazategui, Daniel Ichazo, encabezó recientemente un allanamiento en el Penal de Olmos, desarticulando una banda de grooming que operaba un interno a través de la red social Instagram.
El sujeto de 29 años y oriundo de Rafael Calzada está ahora acusado de regentear una falsa agencia de modelos, a través de la cual captó a más de 50 menores de edad a las que
habría engañado con el sueño de ser modelos, quienes le enviaban imágenes privadas.El depravado –
ya condenado por abuso sexual- ahora enfrenta más de 20 denuncias por
“captación por medios tecnológicos de menor de edad con fines sexuales (grooming)”, “corrupción de menores agravado (por el medio o por el vínculo”, “estafa”, “extorsión por chantaje”, y “producción, comercialización, etc. de representación de menores de 18 años dedicadas a actividades sexuales”.
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Un alumno intoxicó a sus compañeros con marihuana y terminaron con ataques de pánicoINVESTIGACIÓNLa Fiscalía especializada en Cibercrimen contra las Infancias y Delitos Conexos a la Trata de Personas, investigó el caso tras
la denuncia de una chica de 14 años que, seducida por un sujeto en Instagram que aseguraba representar a una marca de ropa, le ofreció participar de campañas de modelaje y recibir ropa de regalo a cambio de que le remita fotos íntimas.Esta y las demás jóvenes engañadas
recibieron falsas promesas de trabajos, contratos, regalos, y aún les solicitaba dinero para supuestos trámites.
Peritado el celular del interno, se encontraron diversos elementos que probarían estos delitos, y también comunicaciones con
dos mujeres de 22 años que residen en La Plata y Témperley, a quienes habría enviado el dinero sustraído a las víctimas. Las dos fueron detenidas, y no casualmente una de ellas tenía antecedentes penales por estafas.MODUS OPERANDIEl envío de la ropa interior a la víctima le costaba 5 mil pesos. Y la obtención de un falso “carnet de modelo”, otros 15 mil. La víctima marcaba la ropa que más le agradaba, y “de cada prenda necesito tres fotos. Si podés hacerla con un fondo blanco, genial, y yo me encargo de toda la edición. ¿Entendés, bella? Tenés dos días para hacer las fotos. Te paso el alias de la chica del reparto, así abonás”, y así se terminaría de cometer la estafa.