“Las tosqueras cuentan con remolinos generados por los diversos niveles de profundidad en pocos metros, barro en el suelo y en los laterales que suelen derrumbarse e impiden la salida hacia la superficie”, detalla el director general de Educación Ambiental, Hugo Zaracho. “Parecen calmas, pero son trampas mortales”, agrega.

“Aseguramos las condiciones de la cartelería de prohibición de ingreso a los predios privados donde están los espejos de agua mediante relevamientos del perímetro”, afirma.

Luego, especifica: “A través de talleres en colonias municipales de vacaciones como dentro del programa provincial ‘Escuelas Abiertas en Verano’, charlamos con niños sobre los peligros del uso de estas lagunas con fines recreativos”.

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“Ponemos especial atención en las infancias para explicarles que, a pesar de sus características, al meterse o intentar nadar, ponen en riesgo su vida”, concluye el funcionario.

Recordamos que la misma situación se da en las tosqueras del municipio quilmeño, donde se mantiene la prohición y se advierte de la peligrosidad de esas aguas, que año tras año se llevan vidas, generalmente de niños y adolescentes que pretenden paliar el calor en esas zonas.