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Alejandra Perinetti, Dir. Nac. De Aldeas Infantiles
29/07/2019
La esclavitud humana, un negocio vigente
(Por la Lic. Alejandra Perinetti, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina) El 30 de julio es el Día Internacional de lucha contra la Trata de personas, un delito que está presente en todos los lugares del mundo generando cifras millonarias a quienes hacen de la esclavitud humana un negocio rentable. Según estudios realizados, la trata de personas se encuentra entre los tres delitos más lucrativos de la criminalidad junto con el tráfico de armas y de drogas.

Al tratarse de una actividad ilegal los datos estadísticos disponibles se miden a partir de las víctimas rescatadas. Lo que no se conoce a ciencia cierta es la cantidad de personas que se encuentran es esta situación o han logrado escapar. Según estimaciones de Naciones Unidas alrededor de 800.000 personas son víctimas de trata a través de las fronteras internacionales y otras miles lo son al interior de cada país.

En Argentina, según el “Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata”, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, entre 2016 y 2018 se rescataron 2787 víctimas. El mayor porcentaje se encontraba en situación de explotación laboral, seguido de explotación sexual y servidumbre. Estas víctimas rescatadas, en general mujeres, tenían entre 18 y 35 años. Pero, lo más importante es que estas víctimas, tenían sueños e ilusiones de un futuro mejor que quedaron atrapadas en las garras de criminales que hacen del sufrimiento humano una actividad rentable.

Es importante señalar que la trata de personas es un proceso que se inicia con el reclutamiento de las víctimas, en general en zonas con altos índices de pobreza, el traslado hacia zonas alejadas al lugar de residencia y la explotación propiamente dicha. En este proceso, las falsas promesas, las amenazas y la violencia en cualquiera de sus manifestaciones son componentes centrales.

En general, los reclutadores presentan ofertas de trabajo prometedoras que siempre van a estar alejados del lugar de residencia de la víctima. Esta estrategia les permite tener el control sobre la posibilidad de solicitar ayuda y al mismo tiempo limitar el retorno junto a sus familias ante la insuficiencia de recursos. Recursos no sólo económicos sino también simbólicos, aquellos aspectos de la personalidad que son devastados a partir de condiciones sistemáticas de violencia, amenaza y humillación que llegan a despojar a las víctimas de cualquier posibilidad de rebeldía ante el terror de ser reprendidas.

Que esta forma de esclavitud exista hoy en día, obedece a la existencia de personas poderosas que se enriquecen a partir de la violación de los derechos humanos. De personas capaces de “consumir” un servicio brindado por alguien que se sabe privado de libertad para ello. Pero, también existe por la corrupción, el abuso y la impunidad que el poder brinda a algunos funcionarios, que eligen mirar para otro lado convirtiéndose en cómplices necesarios, para que esta perversa maquinaria que se apropia de los sueños e ilusiones de miles de personas, continúe funcionando.

Si bien en los últimos años las políticas de Estado y la colaboración internacional ha llevado a rescatar a una importante cantidad de personas víctimas de este flagelo, la trata de personas sigue siendo una cruel realidad.
Para prevenir, la mejor herramienta es la información; en las familias, en las escuelas, los hospitales, para estar atentos a estas situaciones, tomar las medidas de precaución necesarias y denunciar cuando hay indicadores que hacen presumir un delito de estas características.

Para ello, la línea 145 recibe denuncias telefónicas las 24 hs. los 365 días del año. Profesionales especializados son quienes pondrán en marcha las investigaciones correspondientes para proceder al rescate de víctimas.
Este 30 de julio, renovamos nuestro compromiso contra la trata de personas, redoblando nuestro esfuerzo en el trabajo con las familias y las comunidades y exigiendo todo el peso de la ley para aquellas personas que lo hacen posible.