El Cervecero perdió anoche como visitante por 2 a 0 ante River Plate, por la decimonovena fecha del campeonato 2016/2017 de Primera División. El equipo dirigido interinamente por Leonardo Lemos hizo un papel digno.
El cambio de aire se notó. La salida de Alfredo Grelak y la llegada de manera interina de Leonardo Lemos le hizo un clic en la cabeza a Quilmes, que salió a jugar al Estadio Monumental con un planteo inteligente. Sobre todo en el primer tiempo, El Cervecero hizo un gran partido. En el segundo lo tenía controlado hasta el gol de Lucas Alario. Ahí se terminó la historia. Otra derrota, pero digna.
El partido empezó con Quilmes bien plantado, y decidido a ir a buscar cuando cortaba. Así fue como al minuto sorprendió, cuando Federico Andrada dejó en el camino a Jonatan Maidana, metió un centro bajo y nadie la empujó por muy poco. River iba, pero El Cervecero esperaba bien y salía rápido de contra ante un equipo local descompensado, y así el juego era de ida y vuelta. Si bien el local la tenía más, Quilmes manejaba inteligentemente los contraataques y sumaba gente adelante con la proyección de sus laterales. Los minutos pasaban y El Cervecero seguía bien plantado, el local no encontraba espacios y apenas inquietaba con centros imprecisos o remates de afuera, ante un Quilmes siempre agazapado para contraatacar. Recién a los 39 River estuvo cerca, con un enganche y remate de Ignacio Fernández de afuera, y la pelota se fue cerca del ángulo izquierdo. En los minutos finales el local aceleró y metió al Cervecero contra su arco, que lo aguantó bien hasta que se fue la primera etapa. El empate hasta ahí era justo, porque Quilmes se defendía bien, cerrado y atento, y casi no había pasado sobresaltos, además de haber contado con algunas contras interesantes.
El local hizo pesar las individualidades y lo ganó
En la segunda etapa Quilmes salió más atrás y River, más adelantado. A los 7 minutos llegó el local, con una avivada en un tiro libre que hizo rápido, Lucas Alario remató pisando el área y tapó bien César Rigamonti. Y a los 8, en la contra, El Cervecero tuvo la suya, cuando picó Andrada, River tiró mal el achique y el delantero, mano a mano, perdió el duelo con el arquero Augusto Batalla. A los 11 y para buscar más marca en la derecha, Gabriel Ramírez reemplazó a Nicolás Da Campo, y a los 21, Francesco Celeste entró por Adrián Calello, fue a la derecha y Gabriel Ramírez se paró en el doble cinco. El local seguía plantado en campo cervecero y a Quilmes le costaba salir. Y a los 27, de tanto ir, llegó al gol. Centro desde la derecha del ingresado Rodrigo Mora al segundo palo, la bajó al medio de cabeza Sebastián Driussi y Alario, en una posición dudosa, la empujó abajo del arco. Quilmes lo pasaba a perder cuando más le costaba. A los 38 entró Rodrigo Contreras por Brandon Obregón para sumar más gente en ataque, pero tras el gol, el local ganaba en confianza y manejaba la pelota con tranquilidad. El Cervecero intentaba ir pero sin claridad, y en la primera contra que tuvo, aumentó. Iban 41, se la llevó Mora, pase para Driussi que habilitó a Alario, y definió suave y abajo, sobre la salida de Rigamonti. Con el 2 a 0 se terminó el partido, Quilmes deambuló por el campo ante un River que controló las acciones hasta que el juez pitó el final.
Presentación digna
La derrota fue justa por lo hecho por River en el segundo tiempo. En el primero, Quilmes hizo un planteo inteligente, maniató al local, le cerró los caminos y hasta pudo haber convertido de contra. En la segunda etapa River se adelantó, y con los cambios (sobre todo con el ingreso de Mora) se llevó al Cervecero por delante, que lo pudo aguantar casi media hora, hasta que se quebró su resistencia.
Buena presentación de Leonardo Lemos como DT interino del Cervecero en su debut y despedida, y digno trabajo de un Quilmes en el que se notó el cambio de aire, con otra actitud, concentración y mentalidad, más allá de que haya sido superado por la lógica jerarquía individual del rival. Ahora será el tiempo de Cristian Díaz y se una nueva etapa, en la que se espera que El Cervecero empiece a sumar, porque el promedio ya empieza a preocupar. Demasiado.