Alguna vez tenía que pasar, y fue anoche en el Estadio Centenario. Quilmes le ganó a Talleres de Córdoba en el partido que abrió la fecha y la gente puede tener un fin de semana largo con felicidad. No jugó bien, sufrió mucho, pero esta vez acertó las que antes fallaba, defendió bien en las que antes se equivocaba, y así cortó una racha de siete caídas consecutivas. Alegría y desahogo total.
El partido comenzó con Quilmes cauto, Talleres manejaba la pelota y El Cervecero lo esperaba en la mitad de la cancha y salía rápido de contra. La primera clara fue para la visita, a los 6 minutos. Jonathan Menéndez metió un centro atrás desde la izquierda, remató Leonardo Gil y tapó muy bien César Rigamonti. A los 14 minutos se fue lesionado Federico Andrada (contractura en el gemelo derecho) y lo reemplazó el debutante Ignacio Bailone. Quilmes seguía esperando en su campo ante un conjunto cordobés que lo desbordaba por las dos bandas, aunque no acertaba en los últimos metros. El Cervecero sólo inquietaba con alguna que otra pelota detenida que no terminaba siendo precisa. Los minutos pasaban y la visita seguía manejando el juego pero sin generar peligro ante un Quilmes que se defendía bien, pero demasiado atrás. Así se fue la primera mitad. Un empate parcial que estaba bien porque ninguno de los dos había generado peligro, más allá de que la posesión había sido totalmente de Talleres.

GOL, TRIUNFO Y SUFRIMIENTO HASTA EL FINAL
En la segunda etapa El Cervecero trató de salir algo más adelantado, y a los 2 minutos llegó, con un centro desde la derecha de Matías Pérez Acuña, definió Matías Orihuela, la pelota rozó en un rival y se fue muy cerca del palo derecho. Pero a los 5 contestó Talleres y tuvo la más clara, cuando tras un centro desde la derecha, Sebastián Palacios definió por arriba de Rigamonti y la pelota pegó en el travesaño. A los 12, otro cambio en Quilmes por lesión: Diego Colotto entró por Sergio Escudero (molestia en el tendón de Aquiles izquierdo). Aún con estos problemas, El Cervecero intentaba ir como podía, y a los 18 minutos llegó el momento más ansiado. Desborde por la derecha de Rodrigo Contreras, centro bajo, no llegó Bailone y en el segundo palo definió Orihuela para el 1 a 0. Quilmes lo pasaba a ganar y se animaba a más, ante un Talleres sorprendido. Los cordobeses intentaron reaccionar y a los 31 llegaron, con un remate de afuera del ingresado Jonathan Ramis, y Rigamonti manoteó por arriba del travesaño. Un minuto después, Francisco Ilarregui reemplazó a un agotado Contreras. En los minutos finales la visita se fue con mucha gente a buscar la igualdad, y El Cervecero esperaba apostando a la contra de Ilarregui y Bailone. A los 43, una clarísima para Talleres: Gastón Bottino dio un mal pase atrás y se la regaló a Palacios, que se fue mano a mano y tapó Rigamonti de manera espectacular. Como si no fuera poco el sufrimiento, Maximiliano González recibió la segunda amonestación a los 49 minutos y se fue expulsado. Quilmes lo aguantó con uñas y dientes en los instantes finales hasta que el juez pitó el final. Desahogo y felicidad.

Y UN DÍA SE CORTO LA RACHA
El resultado fue injusto, con un Quilmes que llegó poco, aprovechó la que tuvo ante un Talleres que tuvo más la pelota y que generó las situaciones más claras, principalmente en el segundo tiempo. Pero El Cervecero mostró mayor solidez y concentración, aunque la figura excluyente volvió a ser César Rigamonti. Pero más allá de merecimientos, los jugadores mostraron una entrega hasta el final y a diferencia de otros partidos, no se cayeron en el segundo tiempo.
Triunfo enorme y desahogo, luego de siete derrotas consecutivas. Quilmes necesitó entrar en zona de descenso directo como para reaccionar y sacar la cabeza. Con suerte o no, El Cervecero derrotó a Talleres, suma 22 unidades en el torneo y salió de la zona roja. Ahora deberá ir a San Juan, sin Colotto (sumó la quinta amarilla), Maxi González (expulsado) ni Gabriel Ramírez (le dieron dos fechas por la roja ante Banfield). El encuentro ante San Martín será el próximo viernes y el plantel volverá al trabajo hoy mismo (desde las 11.30, aunque descansará mañana para volver el lunes). Pero ya tendrá tiempo de preocuparse por lo que viene. Hoy sólo piensa en festejar, y bien merecido lo tiene.