Una noche de ira y descontrol se vivió este martes por la noche en Ensenada, donde una multitud de personas se congregó en la casa de una mujer a la que le habían entregado grandes sumas de dinero con la promesa de que les devolvería mucho más que su inversión. En las últimas horas, sin embargo, todo se desmoronó, la acusada dejó de entregar el dinero prometido y los estafados saquearon su hogar, incendiaron una camioneta y hasta intentaron ingresar en la comisaría donde fue alojada tras haber sido detenida por la Policía, dejando un saldo de quince detenidos, un policía herido y serios daños en un local de motos.

Todo ocurrió cerca de la medianoche, cuando un grupo de personas se acercó hasta la vivienda ubicada en Pasaje Dolores e Ingrasia donde vive la joven de 22 años y nacionalidad boliviana a la que le habían entregado dinero esperando recibir grandes sumas en poco tiempo.

Fuentes policiales relacionadas al caso explicaron que la mujer solía devolver el doble de lo prometido en el plazo de apenas una semana, en el marco de lo que se conoce comúnmente como una "estafa piramidal". Sin poder hacer frente a las devoluciones prometidas, finalmente la tensión derivó en una serie de violentos desmanes que terminó con el saqueo de la vivienda donde se encontraban la joven apuntada y su familia.



Si bien en un principio los reclamantes se encontraban en calma, la tensión comenzó a crecer ante la falta de respuesta de la mujer, que se encontraba en el interior del domicilio junto a su familia. Cada vez más iracundos, los reclamantes comenzaron con sus intentos de ingresar al domicilio. Para ese entonces la policía ya estaba en la zona y, ante los ánimos tan caldeados, decidió sacar a la mujer y su familia del lugar, llevándola detenida.

Al enterarse de que la presunta estafadora no estaba más en la vivienda, los damnificados ingresaron por la fuerza al domicilio, llevándose todo lo que encontraban a su paso. La secuencia fue grabada y transmitida en vivo por Facebook por una mujer que en un momento lamenta “le transferí ayer 50 mil lucas, me quiero morir”.

Además de saquear el domicilio, los reclamantes agredieron al personal policial que se llevó a la denunciada, arrojando piedras, lo que motivó que la policía disparara balas de goma. A pesar de que esto disuadió momentáneamente a los manifestantes, luego se reagruparon y volvieron a atacar. Por esos desmanes, dos hombres terminaron detenidos. Pero la ira de los reclamantes no se sosegó.

DESMANES EN LA COMISARÍA
Lejos de calmarse los ánimos de los estafados con la detención de la presunta estafadora, la ira continuó escalando al punto tal que muchos de ellos se dirigieron en moto a la comisaría Primera de Ensenada, en Horacio Cestino entre Sidotti y San Martín e intentaron tomarla para agredir a la denunciada.

Ante esa situación, la policía debió montar un operativo de contención con móviles policiales a dos cuadras a la redonda. Esto motivó que los reclamantes desplazados comenzaran a provocar destrozos en comercios de la zona y rompieran la vidriera de un local de motos ubicado en la esquina de Horacio Cestino e Independencia, del que se llevaron 8 cascos y, aunque intentaron, no pudieron llevarse ninguna moto.

Además, fuentes policiales informaron que un hombre disparó y arrojó piedras contra un patrullero y luego se dio a la fuga. Afortunadamente, este hecho no produjo heridos. Tras el operativo montado en el lugar, hubo 13 detenidos.

Entretanto, los damnificados prendieron fuego la casa de la denunciada, que no quedó destruida en su totalidad pero sí absolutamente vaciada. Según informaron fuentes policiales, cuando la mujer era trasladada dentro de la comisaría, esposada y acompañada por el comisario Inspector y jefe de la Departamental Ensenada, Denis Tocho, la mujer se tiró al piso, provocando que el hombre también cayera, produciéndole heridas en la mano y traumatismo lumbar.

CÓMO ERA LA ESTAFA PIRAMIDAL
La propuesta de la mujer ahora detenida consistía en tomar una cifra determinada de sus acreedores, que podía ir desde 10 mil, 30 mil, 50 mil e incluso mucho más altas, bajo la promesa de devolverles el doble, en un plazo de 7 días. Al principio devolvía en tiempo y forma, generando confianza y que, en consecuencia, que creciera la cantidad de inversores por los extremadamente redituable que resultaba el negocio.